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lunes, 8 de agosto de 2011

Días de Escapada (Cap. 1)

El aburrimiento del verano diurno nos lleva a huir en el coche como alma que lleva el diablo a visitar parajes cercanos y desconocidos como el del pasado domingo, que es el primero de una serie de posts de escapadas que queremos y vamos a realizar cuando la zozobra y la desidia nos invada.

Nuestra primera parada nos ha llevado al pueblo minero de Villanueva del Rio, en el cual hemos paseado siempre con aire y sentados para no sufrir las altas temperaturas de la provincia de Sevilla. El instinto o quizás la sabiduría nos lleva siempre a buscar algo apartado del asfalto, a veces sin querer y otras queriendo...como por ejemplo la que hoy cuento.

Hemos hecho una parada en una antigua Iglesia con un un bonito parque a su lado y un ruinoso edificio que cualquiera sabe lo que fue hace décadas.

Más tarde corríamos ansiosos por el verde y el azul del río, visitando un lugar con un puente minero donde las libélulas realizan parte de su ciclo de vida, en unas aguas semiestancadas pero a la vez rebosantes de vida, tanto es así que además de las mencionadas libélulas pudimos observar varios bancos de peces y una gran tortuga que parecía saludarnos desde aquellas aguas tranquilas.

Por último llegamos al Lago que buscábamos desde un principio, y allí estaba, azul, mezclándose con el cielo, mientras los "domingueros" recogían sus cosas como si de una playa de Cádiz se tratase.

Hasta este camino ficticio llegamos, pero nos quedó lo que unos hombres hace siglos dejaron de su civilización...en la siguiente escapada habrá que buscar un antiguo asentamiento romano de la época imperial, que según dicen, es de los más grandes de la Bética...un poquito de arqueología nunca viene mal.

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