El pasado fin de semana fueron los días de máxima actividad de las perseidas, concretamente el viernes 12 de agosto, como cada año cientos de "estrellas fugaces" se pueden contemplar en el cielo, aunque este año no nos ha deparado unas buenas lágrimas de San Lorenzo, ya que en esos días tan señalados el cielo estuvo cubierto de nubes que unidas a la luna llena hicieron imposible disfrutar de una de las noches de verano más esperadas.
Como habrá que esperar hasta el próximo verano, vamos a retroceder en el tiempo justamente un año, que sí fue bastante bueno para la contemplación de este fenómeno y que además pude fotografiar algún que otro meteoro desintegrándose en la atmósfera.
La fotografía de este tipo se hace bastante complicada sin un equipo adecuado y con la contaminación lumínica presente en casi toda nuestra geografía. Para ello es necesario un trípode, un cable disparador y por supuesto una cámara réflex.
Preferiblemente optamos por un objetivo gran angular muy luminoso, y ya es cuestión de jugar con la velocidad de obturación y la ISO. Yo realicé alrededor de 300 disparos aquella noche, aproximadamente de unos 30 segundos, apuntando a la constelación de perseo. Aquí os dejo alguno de los resultados que la verdad carecen de calidad, pero algo es algo.
Para ver mejor esta imagen ve a mirada natural, el blog de fotografía de naturaleza donde la colgué en su día.
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